Susana Rotker. |
Entre las pasantes que entonces daban sus primeros pasos trabajando en el noticiero de Venezolana de Televisión que estaba a mi cargo -el Canal 8 era una empresa privada del Grupo Vollmer -élla destacaba por su belleza, su interés por conocer a fondo el medio televisivo y la manera como era transmitido el mensaje y también, por supuesto, por su gran capacidad de trabajo.
- ¡Véngase mañana vestida como para un concurso de belleza! ¡Lo más bonita! - le dije.
Y ante la sorpresa que le causó mi solicitud, le expliqué:
- Nos haremos pasar como reporteros de una agencia internacional de noticias. Usted y el camarógrafo que la acompañará. Hablarán lo indispensable, procurando hacerlo de manera dificultosa. El propósito es penetrar al pent-house del edificio Las Delicias, situado en la Avenida Libertador, un local en donde el presidente electo, Carlos Andrés Pérez, cerrado a viento y marea a todo cuanto huela a periodista, estará reunido con las personas que integrarán su equipo de gobierno. No han dejado pasar a nadie. Ni siquiera dejan acercarse a la planta baja del edificio. Hasta ahora se desconoce quiénes serán los próximos ministros.
¡Y así lo hizo ella venciendo su timidez y su natural circunspección! ¡Llegó despampanante en la flor de sus 20 años!
Escasos minutos le bastaron para franquear, entre dos de los aspirantes posibles que se prendaron de élla, el enorme salón donde Pérez cruzaba las últimas palabras con los futuros miembros de su gabinete. El camarógrafo se dio banquete filmando a los presentes.
Concluido su trabajo, cuando se abría paso triunfante entre un enjambre reporteril que extrañaba la presencia de aquella “catirita” que se expresaba tan mal en castellano -porque su disfraz llegó precisamente a eso- se volvió radiante hacía dos enamoradizos candidatos ministeriales que la escoltaban y les confió risueña:
- ¡Es para el avance noticioso de este mediodía en el Canal 8!
Fue así como los tele espectadores vieron los rostros de Luis Piñerúa, Héctor Hurtado, Efraín Schaht Aristiguieta, Arnoldo Gabaldón, Carmelo Lauría, el general Homero Leal Torres, Blas Bruni Celli, Luis Manuel Peñalver, Antonio Leidenz, Otto Marín Gómez, Valentín Hernández, Diego Arria, Gumersindo Rodríguez, Ramón Escovar Salom y Armando Sánchez Bueno.
Fue un señor “tubazo” periodístico asestado por una preciosa jovencita de nombre Susana Rotker, llamada a ser poco después notable crítica cinematográfica, gran escritora y notable investigadora cultural. He guardado de ella el grato recuerdo de esa travesura suya, su expresión de contenida alegría entre sus compañeras, no por el hecho noticioso en sí, sino por la íntima satisfacción de haberse iniciado en el gremio de manera tan sensacional.
Solía gastarle bromas cuando la tropezaba en alguna reunión recordándoselo y a élla se le enrojecía el rostro, porque siendo tan bonita como era, era igualmente tímida.
Cuando Diego Arria fundó el Diario de Caracas incorporó a varios comunicadores notables, entre éllos al gran escritor argentino Tomás Eloy Martínez, autor de la biografía estupenda de Eva Perón, que dirigió con gran éxito el tabloide. Allí la conoció y al obtener una beca de un año en los Estados Unidos para un trabajo literario, se casó con élla y se la llevó a Washington, en cuya ciudad, un soplo absurdo e inexplicable que nos sobrecogió a todos cuanto la conocimos y quisimos, nos privó de su tránsito luminoso por la vida.
¡Dios la tenga entre sus ángeles preferidos!
Caro Omar, que gran gusto me dio leer esta y otras cronicas. Ella fue alumna mia en la Escuela de periodismo de la UCAB en 1975.
ResponderEliminarAbrazos, Jose Egidio